Hace algunos meses atrás, me propuse plantear en una conferencia titulada ¿porqué todos hablamos de innovación? una reflexión, acerca de que si la innovación es un fenómeno o un evento.
Esto nace a raíz de que estoy convencido que “la recurrencia de innovaciones que sufren las organizaciones realmente innovadoras, no se deben únicamente al azar, ya que a una gran mayoría de ellas las sorprende trabajando”.
Creo que a lo que llamamos innovación, nace como un efecto o resultado de los procesos y rutinas que subyacen en la raíz de la cultura organizativa de estas organizaciones.
Si bien existen múltiples maneras para explicar y analizar este planteamiento, podemos verlo desde la perspectiva humana individual, colectiva, sociológica y hasta bajo la lupa de la química o la física, pero lo que es fundamentalmente cierto, es que la innovación vende, sistematiza, sustenta y rentabiliza los esfuerzos asociados a la materialización de ventajas competitivas sostenibles.
Os invito a comenzar definiendo,
Básicamente, un fenómeno es un hecho o evento observable, aunque muchas veces para nosotros sea algo “extraordinario” o hasta “monstruoso”.
Un evento, es un suceso posible, o bien, es una descripción de un fenómeno en términos de sus características, su dimensión y ubicación.
Una vez definidos sintética-mente ambos conceptos, esto nos servirá de marco para aventurarnos a utilizar la metáfora como medio de inspiración y transferencia, capaz de responder a esta interrogante de manera sutil pero significativa.
Metafóricamente...
Si miramos al océano, nos encontraremos con un sin fin de fenómenos, ya sea por los “fenomenales” animales que allí habitan, como también por las cosas que allí suceden, y que según datos científicos, conocemos solo un 5% de su totalidad.
Quizás, el caso más representativo de un fenómeno oceánico, sea el denominado (hasta hace algunos años), “El fenómeno del niño”.
Este fenómeno se define como: “Fenómeno a escala planetaria que se manifiesta como un calentamiento anómalo de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial y que está asociado a una amplia fluctuación de la presión atmosférica; también algunos cambios generales del tiempo están ligados a esas anomalías ecuatoriales.” (definición válida hasta los 90)
Esta definición, nos muestra la raíz de lo que nosotros llamamos fenómeno, ya que implícitamente hacemos prevalecer la característica de “algo que pasa extraordinariamente o raramente”.
Ahora bien, veamos la evolución de la definición del fenómeno del niño como un evento:
“El Niño trata de un evento periódico y normal que sucede cada año durante los meses de diciembre a abril. Este tiene características de aguas cálidas que provienen del norte de la cuenca de Panamá y bajan por las costas de Sudamérica, la cual marca el inicio de la estación cálida y húmeda de la región costera del Ecuador.” (definición válida desde fines de los 90)
Con esta definición, respondemos a la necesidad de conocer sus características y su alcance espacio-temporal, para con esto, clasificarlo como evento.
El proceso de transición que llevo a que el fenómeno del niño pasara a ser considerado un evento, ocurre cuando el conocimiento científico acumulado y la tecnología presente, es capaz de identificar que:
“El Niño se produce a intervalos irregulares (4 a 6 años), en conjunción con la Oscilación del Sur, que es una fluctuación de gran amplitud de la presión atmosférica entre el Pacífico tropical suroriental y el Pacífico occidental (cuando la presión sube en el sistema de altas presiones centrado en isla de Pascua, desciende en el sistema de baja presión situado sobre Indonesia y el norte de Australia y viceversa).”
De esta reflexión, pueden recogerse un interesante número de ingredientes para caracterizar y definir a la empresa innovadora del nuevo milenio, y a su vez, considerar a la innovación como un suceso posible.
Una empresa innovadora es aquella que acepta el cambio, lo internaliza, genera nuevas acciones, ofrece nuevos productos y/o servicios, renueva los procesos productivos en búsqueda de menores costos, mayor rentabilidad, aumento de calidad y mayor eficiencia y además…se da el trabajo de comprenderlo!
Algunas claves La innovación es sinónimo de cambio La innovación es una forma de pensar y ver la empresa La innovación no es solo la incorporación de avances tecnológicos, sino anticiparse a las necesidades del mercado.
Nadie duda que la empresa de hoy debe innovar si quiere sobrevivir. Nuestro "desafío", está en desarrollar la capacidad de identificar el cambio como una oportunidad y nuestras ideas y pensamiento, como los verdaderos catalizadores hacia el éxito.
Esto nace a raíz de que estoy convencido que “la recurrencia de innovaciones que sufren las organizaciones realmente innovadoras, no se deben únicamente al azar, ya que a una gran mayoría de ellas las sorprende trabajando”.
Creo que a lo que llamamos innovación, nace como un efecto o resultado de los procesos y rutinas que subyacen en la raíz de la cultura organizativa de estas organizaciones.
Si bien existen múltiples maneras para explicar y analizar este planteamiento, podemos verlo desde la perspectiva humana individual, colectiva, sociológica y hasta bajo la lupa de la química o la física, pero lo que es fundamentalmente cierto, es que la innovación vende, sistematiza, sustenta y rentabiliza los esfuerzos asociados a la materialización de ventajas competitivas sostenibles.
Os invito a comenzar definiendo,
Básicamente, un fenómeno es un hecho o evento observable, aunque muchas veces para nosotros sea algo “extraordinario” o hasta “monstruoso”.
Un evento, es un suceso posible, o bien, es una descripción de un fenómeno en términos de sus características, su dimensión y ubicación.
Una vez definidos sintética-mente ambos conceptos, esto nos servirá de marco para aventurarnos a utilizar la metáfora como medio de inspiración y transferencia, capaz de responder a esta interrogante de manera sutil pero significativa.
Metafóricamente...
Si miramos al océano, nos encontraremos con un sin fin de fenómenos, ya sea por los “fenomenales” animales que allí habitan, como también por las cosas que allí suceden, y que según datos científicos, conocemos solo un 5% de su totalidad.
Quizás, el caso más representativo de un fenómeno oceánico, sea el denominado (hasta hace algunos años), “El fenómeno del niño”.
Este fenómeno se define como: “Fenómeno a escala planetaria que se manifiesta como un calentamiento anómalo de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial y que está asociado a una amplia fluctuación de la presión atmosférica; también algunos cambios generales del tiempo están ligados a esas anomalías ecuatoriales.” (definición válida hasta los 90)
Esta definición, nos muestra la raíz de lo que nosotros llamamos fenómeno, ya que implícitamente hacemos prevalecer la característica de “algo que pasa extraordinariamente o raramente”.
Ahora bien, veamos la evolución de la definición del fenómeno del niño como un evento:
“El Niño trata de un evento periódico y normal que sucede cada año durante los meses de diciembre a abril. Este tiene características de aguas cálidas que provienen del norte de la cuenca de Panamá y bajan por las costas de Sudamérica, la cual marca el inicio de la estación cálida y húmeda de la región costera del Ecuador.” (definición válida desde fines de los 90)
Con esta definición, respondemos a la necesidad de conocer sus características y su alcance espacio-temporal, para con esto, clasificarlo como evento.
El proceso de transición que llevo a que el fenómeno del niño pasara a ser considerado un evento, ocurre cuando el conocimiento científico acumulado y la tecnología presente, es capaz de identificar que:
“El Niño se produce a intervalos irregulares (4 a 6 años), en conjunción con la Oscilación del Sur, que es una fluctuación de gran amplitud de la presión atmosférica entre el Pacífico tropical suroriental y el Pacífico occidental (cuando la presión sube en el sistema de altas presiones centrado en isla de Pascua, desciende en el sistema de baja presión situado sobre Indonesia y el norte de Australia y viceversa).”
De esta reflexión, pueden recogerse un interesante número de ingredientes para caracterizar y definir a la empresa innovadora del nuevo milenio, y a su vez, considerar a la innovación como un suceso posible.
Una empresa innovadora es aquella que acepta el cambio, lo internaliza, genera nuevas acciones, ofrece nuevos productos y/o servicios, renueva los procesos productivos en búsqueda de menores costos, mayor rentabilidad, aumento de calidad y mayor eficiencia y además…se da el trabajo de comprenderlo!
Algunas claves La innovación es sinónimo de cambio La innovación es una forma de pensar y ver la empresa La innovación no es solo la incorporación de avances tecnológicos, sino anticiparse a las necesidades del mercado.
Nadie duda que la empresa de hoy debe innovar si quiere sobrevivir. Nuestro "desafío", está en desarrollar la capacidad de identificar el cambio como una oportunidad y nuestras ideas y pensamiento, como los verdaderos catalizadores hacia el éxito.
Autor: Aaraon Golzan
Aumentar la participación de mercado (market share), la productividad ( ayuda a la motivación, optimismo y facilita alcanzar los objetivos) y mejorar la competitividad, son algunas de las ventajas, que obtienen las empresas, con una "innovación" constante. Creo que las empresas no necesitan invertir, mucho en ella; se puede lograr con estrategias sencillas, pero es importante que estas sean estructuradas y den una respuesta a alguna necesidad.
R.C. de Interés
La empresa que no innova constantemete, no evoluciona, con el mercado y cae en extinsión
ResponderEliminarUn ejemplo de innovación es la máquina de coser, que quizá fuera la primera máquina que se introducía en el ámbito doméstico. Al parecer, tras algunos intentos meritorios como el del francés Thimmonier, fue el americano Elias Howe el primero que patentó (1846) una máquina de coser; se había casado con una costurera, y estuvo obsesionado con la idea de crear una máquina que cosiera
ResponderEliminarRazones por las que puede fracasar una innovación…
ResponderEliminar• No construyas una cultura que favorezca la innovación.
• No designes una unidad propia para su gestión.
• No conocer con exactitud como funciona el proceso de producción.
• No asignes recursos para la unidad.
• No vincules la unidad a la estrategia de la empresa.
• No gastes tiempo y energía en el complicado interfaz para el usuario.
• No crees la suficiente diversidad en el proceso.