El sociólogo Gerald Mollenhorst investigó cómo el contexto en el cual nos reunimos con las personas influye en nuestra red social.
Unas de sus conclusiones:
- Perdemos paulatinamente a miembros allegados de nuestra red, y después de siete años sólo quedan en ella cerca de la mitad de los que estaban al principio de ese periodo.
- Uno tiene la familia con-sanguínea que le toca, sin poder escogerla. Pero sí puede elegir a los amigos; o al menos eso es lo que suele decirse. El nuevo estudio pone en entredicho el alcance de nuestra libertad de escoger amistades.
Durante años, los sociólogos han debatido sobre hasta qué punto las redes personales son el resultado de preferencias propias o del contexto en el cual dos personas pueden conocerse y entablar amistad.
- ¿Su mejor amigo lo hubiese sido si no hubieran sido compañeros de clase en la escuela durante varios años? Si a la persona que hoy es su cónyuge no se la hubieran presentado unos amigos comunes, ¿habría logrado entablar una relación con ella?
Para responder a estas preguntas, Mollenhorst realizó una encuesta a 1.007 personas con edades de entre 18 y 65 años. Siete años después, los encuestados fueron contactados nuevamente y 604 de ellos fueron entrevistados otra vez.
Respondieron a preguntas como: ¿Con quién conversa usted sobre asuntos personales importantes? ¿Quién le ayuda con tareas de bricolaje en su casa? ¿A quién se alegra de ver? ¿Dónde conoció a esa persona? Y, ¿dónde se reúne usted con esa persona ahora?
Con esta investigación, Mollenhorst ha confirmado que las redes personales no están formadas sólo sobre la base de elecciones propias.
Estas elecciones están limitadas por las oportunidades de encontrarse con las personas. Otro indicador de peso que respalda esto deriva del hecho de que las personas con frecuencia escogen a sus nuevas amistades en un contexto en el cual ya han escogido previamente a otras. Aún más, el grado en que nuestros amigos se conocen entre sí depende mucho del contexto en el que las personas se encuentran unas con otras.
En la investigación se comprobó que en un período de siete años el tamaño promedio de las redes personales se mantuvo muy estable. Sin embargo, a lo largo de siete años reemplazamos a muchos miembros de nuestra red por otras personas. Sólo el 30 por ciento de nuestros compañeros cotidianos de tertulia y los colaboradores habituales en tareas de bricolaje aún mantienen esas mismas posiciones siete años después. Y sólo el 48 por ciento forma aún parte de la red
Unas de sus conclusiones:
- Perdemos paulatinamente a miembros allegados de nuestra red, y después de siete años sólo quedan en ella cerca de la mitad de los que estaban al principio de ese periodo.
- Uno tiene la familia con-sanguínea que le toca, sin poder escogerla. Pero sí puede elegir a los amigos; o al menos eso es lo que suele decirse. El nuevo estudio pone en entredicho el alcance de nuestra libertad de escoger amistades.
Durante años, los sociólogos han debatido sobre hasta qué punto las redes personales son el resultado de preferencias propias o del contexto en el cual dos personas pueden conocerse y entablar amistad.
- ¿Su mejor amigo lo hubiese sido si no hubieran sido compañeros de clase en la escuela durante varios años? Si a la persona que hoy es su cónyuge no se la hubieran presentado unos amigos comunes, ¿habría logrado entablar una relación con ella?
Para responder a estas preguntas, Mollenhorst realizó una encuesta a 1.007 personas con edades de entre 18 y 65 años. Siete años después, los encuestados fueron contactados nuevamente y 604 de ellos fueron entrevistados otra vez.
Respondieron a preguntas como: ¿Con quién conversa usted sobre asuntos personales importantes? ¿Quién le ayuda con tareas de bricolaje en su casa? ¿A quién se alegra de ver? ¿Dónde conoció a esa persona? Y, ¿dónde se reúne usted con esa persona ahora?
Con esta investigación, Mollenhorst ha confirmado que las redes personales no están formadas sólo sobre la base de elecciones propias.
Estas elecciones están limitadas por las oportunidades de encontrarse con las personas. Otro indicador de peso que respalda esto deriva del hecho de que las personas con frecuencia escogen a sus nuevas amistades en un contexto en el cual ya han escogido previamente a otras. Aún más, el grado en que nuestros amigos se conocen entre sí depende mucho del contexto en el que las personas se encuentran unas con otras.
En la investigación se comprobó que en un período de siete años el tamaño promedio de las redes personales se mantuvo muy estable. Sin embargo, a lo largo de siete años reemplazamos a muchos miembros de nuestra red por otras personas. Sólo el 30 por ciento de nuestros compañeros cotidianos de tertulia y los colaboradores habituales en tareas de bricolaje aún mantienen esas mismas posiciones siete años después. Y sólo el 48 por ciento forma aún parte de la red
Fuente:SOLO CIENCIA
Interesante "Investigación" que nos da datos sobre el compartir y como lo hacemos, para mi es muy importante compartir contigo, gracias
R.C. de Interés
Interesante "Investigación" que nos da datos sobre el compartir y como lo hacemos, para mi es muy importante compartir contigo, gracias
R.C. de Interés
Es curioso, pero en mi caso particular y desde que tengo uso de razon, de entre los diferentes grupos de amistades que he tenido al final solo he mantenido una cierta proximidad con 1 o 2 personas. A veces ni eso.
ResponderEliminarSupongo que las circunstancias son las que son y con los años cada uno decide hacer su vida de la mejor forma posible, aunque eso suponga distanciarse de personas por las que ha sentido algun tipo de afecto.
Un saludo!
R.C., interesante estudio de investigación. Al margen de las estadísticas y porcentajes, creo que el ritmo de vida que se viene llevando en las sociedades de países desarrollados, al menos, nos van llevando por un túnel de soledad y aislamiento en el que como ganado al matadero las grandes mayorías se encaminan sin terminar de entender porqué esto sucede.
ResponderEliminarMuy buen artículo, amiga. Gracias.
Los más jóvenes siempre sienten curiosidad por conocer a otras personas; después de cierta edad se va restringiendo más el circulo de amistadas... la mayoría de las personas mueren en soledad.
ResponderEliminarSaludos.
Precisamente estaba pensando en la volatilidad de las relaciones personales. Lo que cuentas en esta entrada me parece interesantísimo.
ResponderEliminarSalu2