Muchas personas son incapaces de asumir sus responsabilidades emocionales por el miedo a crecer y perder su libertad y su inocencia. ¿Pero realmente podemos ser niños siempre?
Carolina García
Lo primero que hay que señalar es que este síndrome no es cuestión de edad.
Existen personas de 30, 40, 50, 60 años o incluso las hay que mueren más mayores siendo Peter Pan, a pesar de la infatigable inversión que dedican a soslayar la vejez.
Se denomina Síndrome de Peter Pan al conjunto de rasgos que tiene una persona que no sabe o no puede renunciar a ser hijo para empezar a ser padre.
Se refiere al hombre/niño que se resiste a crecer; es incapaz de cuidar y de proteger a nadie, así como de intercambiar papeles igualitariamente en el contexto de una pareja.
Exhibe un desfase patológico entre su edad cronológica y su madurez afectiva.
Son, por ejemplo, hombres que presumen de joviales, simpáticos, alma de las fiestas, deportistas, aplicados seductores de jovencitas a edades notoriamente inadecuadas, pero con frecuencia, no son más que "Peter panes" afectivamente inmaduros y promotores de muchas de las desdichas que surgen en las relaciones de pareja.
Se trata de hombres que no han aprendido la diferencia entre haber crecido y ser adultos.
Existen personas de 30, 40, 50, 60 años o incluso las hay que mueren más mayores siendo Peter Pan, a pesar de la infatigable inversión que dedican a soslayar la vejez.
Se denomina Síndrome de Peter Pan al conjunto de rasgos que tiene una persona que no sabe o no puede renunciar a ser hijo para empezar a ser padre.
Se refiere al hombre/niño que se resiste a crecer; es incapaz de cuidar y de proteger a nadie, así como de intercambiar papeles igualitariamente en el contexto de una pareja.
Exhibe un desfase patológico entre su edad cronológica y su madurez afectiva.
Son, por ejemplo, hombres que presumen de joviales, simpáticos, alma de las fiestas, deportistas, aplicados seductores de jovencitas a edades notoriamente inadecuadas, pero con frecuencia, no son más que "Peter panes" afectivamente inmaduros y promotores de muchas de las desdichas que surgen en las relaciones de pareja.
Se trata de hombres que no han aprendido la diferencia entre haber crecido y ser adultos.
Fuente: PARA SABER
En este síndrome, el paradigma de la infancia se mantiene; se manifiesta con irresponsabilidad, negación hacia la vejez, narcisismo, pero lo que guarda es un temor a no ser queridos o valorados
R.C. de Interés
Se dan bastantes casos de esos, pues hoy en día en la sociedad, se tiende a eludir las responsabilidades que implican ser adultos. Y así nos va...
ResponderEliminarR.C., existe una parte de este síndrome que mencionas, que diría que es positiva en tanto y en cuanto un individuo posea la capacidad de encontrar al niño que siempre llevará dentro. Todos los demás componentes por supuesto condicionan una patología con diversa gravedad según sea el nivel de confusión del individuo y el daño que se ocasione a sí mismo y en su relación con la sociedad.
ResponderEliminarGracias por el artículo, amiga.
Estoy de acuerdo con Silvia, pero yo creo que cada vez hay más gente..y puede que sea tanta publicidad engañosa, de la belleza, la juventud, etc..que nos tiene los sesos comidos..
ResponderEliminarUn besazo!