miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL AJEDREZ DE MIL COLORES


Panchito Pinceles era un niño artista. Todo lo veía como si mirara un hermoso cuadro, y en un abrir y cerrar de ojos era capaz de pintar cualquier cosa y llenarla de magia y color. Un día fue con su abuelo a pasar un fin de semana al palacio del Marqués de Enroque Largo, viejo amigo del abuelo y famosísimo jugador de ajedrez. Allí descubrió en el centro de un gran salón un precioso conjunto de ajedrez totalmente tallado a mano, con su propia mesa de mármol haciendo de tablero. A Panchito le llamó muchísimo la atención, aunque por dentro pensó que aquellas piezas estaban demasiado ordenadas, lo que unido al blanco y negro de todas ellas resultaba en un conjunto bastante soso.Así que aquella noche salió sigilosamente de su habitación con su caja de pinturas, se fue a la sala del ajedrez, y se dedicó a darle colorido a todo aquello, pintando cada figura de mil colores y dibujando un precioso cuadro sobre el tablero, esperando con su arte darles una sorpresa mayúscula al marqués y al abuelo.Pero a la mañana siguiente, cuando el marqués descubrió los miles de colores de las figuras, en lugar de alegrarse se disgustó muchísimo: aquella misma tarde tenía una importante partida, y por muy bonitos que fueran todos aquellos colores, era imposible jugar al ajedrez sin poder diferenciar unas piezas de otras, y menos aún sin ver las casillas del tablero.Entonces el abuelo explicó a Panchito que incluso las cosas más bonitas y coloridas, necesitan un poco de orden. Panchito se quedó muy apenado pensando en la cantidad de veces en que con sus alocados dibujos habría molestado a otros volviendo las cosas del revés...Pero Panchito Pinceles era un artista y no se rendía fácilmente, así que un rato después se presentó ante el abuelo y el marqués, y les pidió permiso para arreglar el ajedrez. Sabiendo lo artista e ingenioso que era, decidieron darle una oportunidad, y Panchito se encerró durante horas con sus pinturas. Cuando acabó, poco antes de la gran partida, llamó a ambos y les enseñó su trabajo.¡Era un ajedrez precioso! Ahora sí había dos bandos perfectamente reconocibles, el de la noche y el del día, decorando tablero y figuras con decenas de estrellitas y lunas de todos los tamaños y colores, por un lado; y de soles, nubes y arcoiris por el otro, de forma que todo el conjunto tenía una armonía y orden insuperables. Panchito había comprendido que hacía falta un mínimo de orden, ¡y supo hacerlo sin renunciar a los colores!Los dos mayores se miraron con una sonrisa: estaba claro que Panchito Pinceles se convertiría en un gran artista.
AUTOR: Pedro Pablo Sacristan
ENSEÑANZA: Todas las cosas necesitan un mínimo de orden, aunque se pueda aplicar con imaginación

8 comentarios:

  1. Hola,

    Que preciosidad de historia. Me ha gustado mucho. Realmente el ajedrez de la vida está lleno de colorido y el de Panchito es perfecto para definirla. Algunos son la noche y otros el día.

    Abrazos

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  2. Me das el número de telefono de Panchito??, últimamente estoy un poco descolorido.


    saludos.
    josé carlos

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  3. Estoy con Chema. Está muy bien. Un abrazo.

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  4. Gracias, Chema a me gusto y la marque cuando la leí, creo que la imaginacion y la creatividad, son geniales, pero si debes aplicarles alguna lógica. Un abrazo

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  5. Hola

    gracias por compartirla
    aunque difiero con el autor
    La teoría del Caos le contradice, el orden lleva al desorden, y este desorden lleva al orden, al igual que ocurre con su historia, renunciar a alguno de los dos bandos, imposible

    un saludo

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  6. Epa! Jose Carlos, arriba ese animo y los colores!, no tengo el tel de Panchito, pero tienes esta tu casa, de color te pintamos? mi amigo. Un abrazo y adelante!

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  7. Gracias, Juanjo,pero tambien hay medio día, tardes, tardes de lluvia que te gustan, amaneceres, tenemos toda la gama. Un abrazo a los 3

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  8. José, la teoria del caos? tendre que releerla, con cariño te contradigo, la imaginacion es grandiosa, pero tiene tambien su orden, me explico puede ser una exquisita fotografia de una mesa con las patas para arriba, genial creatividad! pero si la vas a usar para comer, es mejor que las patas y la mesa este en su posición. Perfect la imaginación, pero cuando y donde. Todo es relativo. Puntos de vista. Un gran abrazo mi amigo

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Gracias tú opinión, es muy valiosa para mí y me agrada conocerla.