-No te conformes. Hay una diferencia muy importante entre la aceptación y la resignación. Aceptar es perder la urgencia.
- Cancela la sobreexigencia. No es fácil, porque nuestra educación nos condiciona. Por eso hay un largo trabajo por hacer y cada uno debe realizarlo consigo mismo.
-Lee, escucha y cuenta cuentos. Nos libran de la tiranía del intelecto. Aunque sea por un ratito, dejamos de depender de este cerebro maquinador y lógico. Los cuentos nos conectan con las emociones, con los sentimientos, con nuestro lado más espiritual. Los cuentos nos ayudan a perder las urgencias, a ver que la felicidad es un proceso interior.
-Disfruta de los pequeños placeres. Mucho más importante que el placer es la serenidad; lo que nos satisface, entendido como una carrera feroz para disfrutar, no es placentero.
-Aprende a no hacer nada. Es un largo trabajo. A mí me costó mucho tiempo dejar de pensar que si no hacía nada es que estaba perdiendo el tiempo. A veces, no hacer nada es simplemente sentarte y deshacerte de las ideas que te dicen que deberías hacer otra cosa.
-Encuentra tu ritual para sentirte mejor. Cada uno tiene el suyo propio. Yo tomo mate, pero lo mejor es levantarse cada mañana y agradecer que estás vivo.
-Aprende a comunicarte. Para tener una buena comunicación sólo hay que desearla. Hasta que no nos damos cuenta de lo importante que es escuchar y ser escuchado, lo único que tenemos es una falsa sensación de comunicación.
-Escúchate mejor. Cuando uno sufre, sabe perfectamente cuál es la razón. Nadie se conoce mejor que uno mismo.
-Intenta cambiar cosas pequeñas. Dejar de pensar en términos maximalistas funciona.
FUENTE: JORGE BUCAY
Me parecen palabras inteligentes y concretas, vale la pena escucharlas. No soy proclive a la autoayuda pero me ha gustado lo que has colocado de Bucay. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Mario, Jorge Bucay, escritor de autoyuda argentino tiene cosas que me han gustado mucho:"El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede." te confieso que es una de las creo firmente, quiza por eso trato de ver tantas cosas que los ojos no me alcanzan, y pregunto aqui y alla. Un fuerte abrazo, mi amigo
ResponderEliminarPara colgar en el cabecero de la cama....
ResponderEliminarJunto con un Carpe Diem
Que bueno Adolfo, un gusto y un placer. Un fuerte abrazo amigo
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarLa felicidad es proporcional al grado de objetividad que poseamos. Muy buena entrada, muy buena.
Un abrazo
Que bueno que te guste, Chema. "El hombre más feliz es el que hace la felicidad del mayor número de sus semejantes." Denis Diderot. Un abrazo
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarme quedo con todo de la buena entrada
con eso de no hacer nada, puesto que hasta no haciendo nada, estamos pensando como salir de algún embrollo, luego estamos haciendo algo
un saludo
Tienes razon, siempre estamos haciendo algo, por lo minímo respirar.Pero cuanso estamos de relax no lo es lo mismo que la intensidad del trabajo, debemos aprovechar esos espacios en lo nos gusta.
ResponderEliminarA mi me gusta compartir en el Blog, es el ultimo de mis vicios. Un gran abrazo