El talento es el recurso que contamos para desarrollar. Depende del esfuerzo que pongamos la destreza que adquiramos. Es inherente a nuestra naturaleza desarrollar determinadas aptitudes, algunos tenemos facilidad para unas áreas y otros para otras, no todos tenemos las mismas destrezas, aunque podemos ejercitarnos en cualquier disciplina.
Tenemos tendencia a organizarnos y cooperar en relaciones interdependientes. El vertiginoso y continuo cambio implica que, más que vivir una época de cambios, vivimos un cambio de época.
Las nuevas tenencias en el mundo de la economía actual y del trabajo y la presencia dentro de las organizaciones de una tecnología cada vez más cambiante y dinámica, suponen un reto progresivamente creciente.
Las nuevas tenencias en el mundo de la economía actual y del trabajo y la presencia dentro de las organizaciones de una tecnología cada vez más cambiante y dinámica, suponen un reto progresivamente creciente.
Se ha comprobado que la si estamos preparados con una buena motivación será mucho mas fácil afrontar las diferentes situaciones. el talento debe incrementar el valor de los recursos. Todos para competir hoy necesita imaginación y nuevas ideas. Las compañías están hambrientas de talento y necesitan personas que analicen nuevas maneras de hacer negocio. Los empleados de las compañías necesitan hoy muchas más aptitudes y talentos que antes, y para competir tienen que contar con plantillas con las mayores aptitudes posibles.
Uno de los mayores talentos lo hemos visto en Leonardo Da Vinci, quizás muchos de sus bocetos no podemos entenderlos. Algunos de sus inventos parecían ridículos en el contexto de su época. Los del para-caídas y el helicóptero, estaban bien hechos en lo fundamental, aunque estaban avanzando quinientos años en el tiempo.
No sin justificación se dice de él: “Humanista de primera línea, está ampliamente considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y quizá la persona con más variados talentos de la historia.” Wikipedia
Pero su compromiso con su propia creatividad era mayor que el miedo a hacer el ridículo. Estaba dispuesto a perseverar, señal también de su genialidad.
Hay personas que tenemos que tenemos miedo a lo desconocido, miedo a tomar riesgos, miedo a salir de la rutina, una profunda resistencia a mostrar nuestros talentos.
Es importante que perdamos el miedo al cambio, y lo convirtamos en nuevos retos
R.C. de Interés
Es importante que perdamos el miedo al cambio, y lo convirtamos en nuevos retos
R.C. de Interés
hola
ResponderEliminarbueno ya que hablamos de un volcán dormido, en la mayoría de los casos, de profesores, universidades,etc... depende desarrolarlo y econtrar la manera de que entre en erupción
conozco historia de colegios de curas, muy caros, que potencian con clases extras gratuitas, cuando huelen un "talento", orientadas hacía esa ansia de saber tal vez desconocida por el sujeto en cuestión
un abrazo
Es cierto lo que dices, R.C., aunque hablando de Da Vinci, se trata de un fenómeno que requiere que la naturaleza de todas las cosas se haya fijado en ti y te cargue de excepcionales aptitudes, lo cual no siempre concuerda con que éstas sean apreciadas por sus congéneres. Pero como lo cortés no quita lo valiente, esto no debería frenar a nadie en la búsqueda de sus infinitas potencialidades.
ResponderEliminarBesos, querida amiga, y que estés bien.
Hola R.C., me ha parecido valioso y verdadero lo que escribes, lastima que no siempre se aprecie el talento o no se deje ver.
ResponderEliminarRescato las hondas palabras que mencionas de la perseverancia en señal de genialidad, la lucha contra el miedo, el aceptar riesgos, porque me parece que sin ello uno puede quedar en la oscuridad. Como bien dices Leonardo da Vinci no solo era un genio sino poseía tremenda personalidad y carácter. Un hombre admirable de verdad. Un abrazo.
Mario.
Es una lastima que muchas veces el talento se queda oculto. Pienso que los potenciales que cada uno posee, que como dices son distintos, hay que explotarlos, ya que son parte de nuestras caracteristicas o forma de ser.
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