Camila Comila era una niña golosa y comilona que apenas tenía amigos y sólo encontraba diversión en los dulces y los pasteles. Preocupados, sus papás escondían cualquier tipo de dulce que caía en sus manos, y la niña comenzó una loca búsqueda de golosinas por todas partes. En uno de sus paseos, acabó en una pequeña choza desierta, llena de chacharros y vasos de todos los tipos y colores. Entre todos ellos, se fijó en una brillante botellita de crital dorado, rellena de lo que parecía chocolate, y no dudó en bebérselo de un trago. Estaba delicioso, pero sintió un extraño cosquilleo, y entonces reparó en el título de la etiqueta: "lágrimas de cristal", decía, y con pequeñísimas letras explicaba: "conjuro para convertir en chocolate cualquier tipo de lágrimas".
¡Camila estaba entusiasmada! Corrió por los alrededores buscando quien llorase, hasta encontrar una pequeña niña que lloraba desconsolada. Nada más ver sus lágrimas, estas se convirtieron en chocolate, endulzando los labios de la niñita, que al poco dejó de llorar. Juntas pasaron un rato divertido probando las riquísimas lágrimas, y se despidieron como amigas. Algo parecido ocurrió con una mujer que había dejado caer unos platos y un viejito que no encontraba su bastón; la aparición de Camila y las lágrimas de chocolate animaron sus caras y arrancaron alguna sonrisa.
Pronto Camila se dio cuenta de que mucho más que el chocolate de aquellas lágrimas, era alegrar a personas con problemas lo que la hacía verdaderamente feliz, y sus locas búsquedas de dulces se convirtieron en simpática ayuda para quienes encontraba entregados a la tristeza. Y de aquellos dulces encuentros surgieron un montón de amigos que llenaron de sentido y alegría la vida de Camila.
¡Camila estaba entusiasmada! Corrió por los alrededores buscando quien llorase, hasta encontrar una pequeña niña que lloraba desconsolada. Nada más ver sus lágrimas, estas se convirtieron en chocolate, endulzando los labios de la niñita, que al poco dejó de llorar. Juntas pasaron un rato divertido probando las riquísimas lágrimas, y se despidieron como amigas. Algo parecido ocurrió con una mujer que había dejado caer unos platos y un viejito que no encontraba su bastón; la aparición de Camila y las lágrimas de chocolate animaron sus caras y arrancaron alguna sonrisa.
Pronto Camila se dio cuenta de que mucho más que el chocolate de aquellas lágrimas, era alegrar a personas con problemas lo que la hacía verdaderamente feliz, y sus locas búsquedas de dulces se convirtieron en simpática ayuda para quienes encontraba entregados a la tristeza. Y de aquellos dulces encuentros surgieron un montón de amigos que llenaron de sentido y alegría la vida de Camila.
AUTOR: Pedro Pablo Sacristan
ENSEÑANZA: La mejor forma de conseguir amigos es preocuparse generosamente por los demás.La mejor forma de conseguir amigos es preocuparse generosamente por los demás.
¡Qué cuento más bonito! y que bella moraleja tiene en su mensaje.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarBonito cuento. Yo quiero ese conjuro. Tienes razón en la moraleja que describes. Estoy de acuerdo contigo.
Abrazos
A más de uno le vendría bien recordar la enseñanza. Un abrazo.
ResponderEliminarBonito cuento, gran enseñanza que nos recuerda lo mejor del ser humano.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarmuy bonito,
un saludo
Gracias, Eva, mi amiga, la generosidad es como dice un frase "Al que la corta le otorga su perfume flor del ciruelo." Es algo bello que podemos brindar a los demas, se que cuando tenga lagrimas, las convertiras en chocolate. Un abrazo
ResponderEliminarChema, ya tienes parte del conjuro solo te falta el chocolate en fisico, pero tu amistad es muy generosa. Gracias por tu forma de ser y la amistad que brindas. Un abrazo
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJuanjo, recordarlo es bueno, pero practicarlo es mejor, mira que gran ejmplo nos das tú.Para muestra un boton:"Mi primera entrevista en la tv local" . Siempre preocupandote por lo demás, es muy noble. Un abrazo a los 3
ResponderEliminarEduardo, como bien dices, es de las mejores partes del ser humano, preocuparnos por los demás es un valor, uno empieza pensando en el bienestar y vamos encontrando formulas de entregar amistad, ayuda y felicidad, como le ocurrió a Camila. Un gran abrazo de chocolate
ResponderEliminarGracias, José, tener una mano amiga como la tuya, es de las cosas buenas que nos da la vida. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Jose, porque parte las manos amigas que siempre encuentro, es la tuya, gracias por tu generosa amistad. Un abrazo
ResponderEliminarEncontré este blog de casualidad, y me ha gustado.
ResponderEliminarYo estoy comenzando en esto y me gustaria invitarles a verlo y a que dejen sus comentarios. Cada dia publico una frase para pensar y una foto de alguno de mis viajes.
http://mifrasedeldia.blogspot.com/
espero que les guste y se hagan seguidores
Eué bonito cuento y con una enseñanza perfecta. Muy bien, me ha gustado mucho
ResponderEliminarY es que no cuesta nada dulcificar la vida a los demás.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Rosa, ya sabes el agrado que me da cuando algo gusta.Y la amistad, la generosidad,...ese preocuparse por los demás es algo tan bueno y bonito. Un abrazo, mi amiga
ResponderEliminarAlejandor dulcificar la vida de lso demás es algo maravilloso, y como dices no es complicado,...un pequeño gesto , una sonrisa, un me preocupo por tí...Un fuerte abrazo, amigo
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