Hace un par de días que fui al supermercado, me acorde cuando mis hijos eran pequeños.
Pedirles en la actualidad que me acompañen es casi un insulto, por supuesto que tienen cosas más importantes que hacer, aunque si benefician del surtido de las compras.
Cuando eran pequeños era distinto, morían por subirse al carro cuando yo decía, ¡voy de compras!
En el camino siempre les decía que les compraría tan solo una cosa, que no podíamos salirnos de la lista, en ese momento, estaban absolutamente de acuerdo, los tres al unísono respondían:
- ¡si mami!
Claro al llegar no más allá de la segundo góndola, sufrían una transformación: quiero, necesito, por fa, a la mama no seas mala, me he portado bien, mis próximas calificaciones vienen de primera…. Era el Rosario de los tres, y mi letanía del No!
Seguían usando mil invocaciones, ya no me das regalo de cumpleaños, a mi hermano le diste la vez pasada, cada vez eran más refinados.
Viene a mi memoria, porque el chiquito que lleva la señora, en la carreta de al lado lleva un cara, de arruga, con puchero por supuesto el labio inferior mas salido. Pero va en lo normal.
Al llegar a las verduras, me encuentro una niña, literalmente tirada, en el piso llorando, mientras la mamá, hecha unas manzanas, y le advierte si no te levantas enseguida, no comerás manzanas al llegar a casa.
- Las quiero ahora, ya!!!, grito la pequeña
-No porque no están lavadas, le contesta la mamá pacientemente.
- Ya, ya, ya ¡!! sigue gritando la niña, mientras continuó, y las personas que pasan por allí reflejan cierta incomodidad en sus rostros.
Mis hijos en el departamento de la fruta se volvían técnicos en nutrición:
- Dice la maestra que las uvas, son buenas para la lonchera y que la lechuga es peligrosa por los gusanos.
Me puedo imaginar, lo que ellos podrían en la carreta si uno se los permitiera, lo hiper-activos que se estarían con cualquier cantidad de golosinas y gaseosas, claro todos hemos sido niños, a esa edad los vegetales verdes no son tan importantes como los chicles.
Mientras el chiquito del puchero, no va tan feliz, pero esta aprendiendo a comportarse.
Recuerdo, que uno de mis hijos estuvo castigado una semana, sin ver tele, porque en una de las gloriosas idas al supermercado, se le ocurrió, pedir limosna:
- Señor no me regala dinero, porque como mi mamá es divorciada, no me comprara nada.
- Ja! Casi lo pellizco, yo estaba mas roja que un tomate, y el señor, feliz, sacando su tarjeta de presentación, presentándose, ofreciéndose a comprarle a los tres chocolates, que de paso recién se había divorciado, y que cual era mi nombre y mi teléfono. No paraba de hablar, a Dios Gracias, porque me dio oportunidad, de contestar a su interrogatorio, de decirle gracias, tengo que seguir.
Aprendamos a mantener lo que les ofrecemos a nuestros chiquitos, aunque se nos parta el alma, es por su bien!
Autor: R.C. de Interés
Pedirles en la actualidad que me acompañen es casi un insulto, por supuesto que tienen cosas más importantes que hacer, aunque si benefician del surtido de las compras.
Cuando eran pequeños era distinto, morían por subirse al carro cuando yo decía, ¡voy de compras!
En el camino siempre les decía que les compraría tan solo una cosa, que no podíamos salirnos de la lista, en ese momento, estaban absolutamente de acuerdo, los tres al unísono respondían:
- ¡si mami!
Claro al llegar no más allá de la segundo góndola, sufrían una transformación: quiero, necesito, por fa, a la mama no seas mala, me he portado bien, mis próximas calificaciones vienen de primera…. Era el Rosario de los tres, y mi letanía del No!
Seguían usando mil invocaciones, ya no me das regalo de cumpleaños, a mi hermano le diste la vez pasada, cada vez eran más refinados.
Viene a mi memoria, porque el chiquito que lleva la señora, en la carreta de al lado lleva un cara, de arruga, con puchero por supuesto el labio inferior mas salido. Pero va en lo normal.
Al llegar a las verduras, me encuentro una niña, literalmente tirada, en el piso llorando, mientras la mamá, hecha unas manzanas, y le advierte si no te levantas enseguida, no comerás manzanas al llegar a casa.
- Las quiero ahora, ya!!!, grito la pequeña
-No porque no están lavadas, le contesta la mamá pacientemente.
- Ya, ya, ya ¡!! sigue gritando la niña, mientras continuó, y las personas que pasan por allí reflejan cierta incomodidad en sus rostros.
Mis hijos en el departamento de la fruta se volvían técnicos en nutrición:
- Dice la maestra que las uvas, son buenas para la lonchera y que la lechuga es peligrosa por los gusanos.
Me puedo imaginar, lo que ellos podrían en la carreta si uno se los permitiera, lo hiper-activos que se estarían con cualquier cantidad de golosinas y gaseosas, claro todos hemos sido niños, a esa edad los vegetales verdes no son tan importantes como los chicles.
- Pero se preguntaran:¿A qué viene esta historia???
Mientras el chiquito del puchero, no va tan feliz, pero esta aprendiendo a comportarse.
Recuerdo, que uno de mis hijos estuvo castigado una semana, sin ver tele, porque en una de las gloriosas idas al supermercado, se le ocurrió, pedir limosna:
- Señor no me regala dinero, porque como mi mamá es divorciada, no me comprara nada.
- Ja! Casi lo pellizco, yo estaba mas roja que un tomate, y el señor, feliz, sacando su tarjeta de presentación, presentándose, ofreciéndose a comprarle a los tres chocolates, que de paso recién se había divorciado, y que cual era mi nombre y mi teléfono. No paraba de hablar, a Dios Gracias, porque me dio oportunidad, de contestar a su interrogatorio, de decirle gracias, tengo que seguir.
Aprendamos a mantener lo que les ofrecemos a nuestros chiquitos, aunque se nos parta el alma, es por su bien!
Autor: R.C. de Interés
"Los hombres son todos parecidos en sus promesas. Sólo en sus acciones es donde difieren." Molière
que recuerdos los mios tambien!!!mientras que la mayor decia comprame, comprame, la pequeña decia me puedes comprar?, y es que son tan diferentes los hijos, aunque los eduquemos igual, tienen su propia manera de ser, y alguna que otra vez, me toco tambien decir no. buena entrada y buen consejo, feliz dia, un beso
ResponderEliminarQue sabio Molière...
ResponderEliminarSaludos amiga.
Bueno, eso de pedir dinero, me ha hecho reír, menuda ocurrencia, ja,ja,ja ;)
ResponderEliminarMe gusta la entrada
Abrazo Tita
Muy bueno y una verdad muy grande me ha gustado mucho un abrazo
ResponderEliminarEs el gran problema de hoy en día, la educación. Se confunde la libertad y el cariño con la responsabilidad que adquirimos al ser padres. No se quiere menos a los hijos por educarles, al revés, es ahí donde se demuestra el autentico amor porque les estamos preparando para enfrentarse a la vida. Lo fácil es ceder pero no es lo adecuado.
ResponderEliminarGran post amiga.
Un abrazo enorme
Hola,
ResponderEliminarComparto al cien por cien tu post. A veces si se consiente demasiado a los niños, acaban tomándonos el pelo. Me parece una entrada estupenda, como su autora : )
Abrazos
Divertido relato, y es que en el super pasa cada cosa, y si lo juntamos con las ideas de los niños, pasa lo que pasa.
ResponderEliminarDe acuerdo, Mery cada chiquito trae su forma de ser, suelo decir que son como los dedos de la mano, todos importantes, pero todos diferentes. Los recuerdos. Un fuerte abrazo, mi amiga
ResponderEliminarAsi, es Juanjo, prometer es fácil, actuar son otros 20 pesos. Un fuerte abrazo a los 3
ResponderEliminarGracias, José, los chicos son impresionantes, tienen un ingenio de película. Es un honor que te guste. Un fuerte abrazo de Montaña
ResponderEliminarGracias, Nafire, que gusto que te agrade! esta es parte de de las mil vivencias que componen nuestro existir. Un fuerte abrazo, mi amiga
ResponderEliminarCuánta razón en tus palabras, LaMar! lo facil es ceder, y no es lo adecuado. Muchas veces ante la insistencia, decimos que si, por tal de que esta desaperezca, es dificil pero conveniente, permanecer firmes. Un fuerte abrazo, mi amiga
ResponderEliminarGracias, por el cumplido Chema, si los que pasa también, y tu lo verás con tu chiquita, es que son nuestra vida, y muchas veces les damos antes de que necesiten, el problema es que queremos que su vida sea maravillosa, y perdemos la persepctiva, que dandoles todo, no estan aprendiendo. Un fuerte abrazo, mi gran amigo
ResponderEliminarAsi, es Eduardo, la vivencias son infinitas, y la vida tiene su sal. Nos suelen pasar cosas divertidas, es bueno recordarlas, y compartirlas. Un fuerte abrazo, mi amigo
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