Sólo once supervivientes de los ¿40?, ¿60? que viajaban en la barca. Los demás engrosan en silencio el negro cementerio del fondo del mar Mediterráneo. Sin lápidas, sin tumbas, sin flores. Con llanto, con dolor, con el desgarro de los suyos que ni siquiera saben, ni sabrán nunca qué les pasó.
Se llamaban John, Willi, Josephine, Julliet... y venían de Nigeria. Había familias enteras, el marido, la mujer, los niños, algunos de ellos bebés todavía. También había mujeres embarazadas que habían usado su cuerpo como pasaporte para atravesar miles de kilómetros y llegar vivas. Les acompañaban otros jóvenes hambrientos, valientes y luchadores, que habían dejado su casa, su familia, sus amigos y quizás alguna novia. Todos embarcaron juntos en una zodiac hace unos días rumbo a España, por la noche, a oscuras, clandestinos, con el miedo clavado en el corazón. Eran los últimos kilómetros de sus particulares odiseas, con el frío, las olas y el deseo ardiente de llegar a tierra, a la tierra prometida.
Sólo once supervivientes de los ¿40?, ¿60? que viajaban en la barca. Los demás engrosan en silencio el negro cementerio del fondo del mar Mediterráneo. Sin lápidas, sin tumbas, sin flores. Con llanto, con dolor, con el desgarro de los suyos que ni siquiera saben, ni sabrán nunca qué les pasó. Los once que salieron con vida, ya han sido deportados, dicen que a Oujda, en la frontera marroquí con Argelia, donde el rey Mohamed VI recibió a Rodríguez Zapatero, donde se hacinan cientos de inmigrantes clandestinos entre ratas, sin apenas comida, y donde, para calmar el dolor de estómago por el hambre, arrancan hojas de olivo para hacer una especie de sopa con ajo y limón.
Venían de Nigeria, otro rico país empobrecido. Allí estrechó la mano de su presidente el nuestro, en su visita de junio, al igual que la cohorte de empresarios que lo acompañaban.
Sólo once supervivientes de los ¿40?, ¿60? que viajaban en la barca. Los demás engrosan en silencio el negro cementerio del fondo del mar Mediterráneo. Sin lápidas, sin tumbas, sin flores. Con llanto, con dolor, con el desgarro de los suyos que ni siquiera saben, ni sabrán nunca qué les pasó. Los once que salieron con vida, ya han sido deportados, dicen que a Oujda, en la frontera marroquí con Argelia, donde el rey Mohamed VI recibió a Rodríguez Zapatero, donde se hacinan cientos de inmigrantes clandestinos entre ratas, sin apenas comida, y donde, para calmar el dolor de estómago por el hambre, arrancan hojas de olivo para hacer una especie de sopa con ajo y limón.
Venían de Nigeria, otro rico país empobrecido. Allí estrechó la mano de su presidente el nuestro, en su visita de junio, al igual que la cohorte de empresarios que lo acompañaban.
Pero en esta rica tierra nigeriana las mujeres y los niños siguen buscando leña cada día para cocinar. Los niños se mueren por una diarrea y las madres en el parto, no hay médicos ni medicinas ni hospitales: en los estados de Delta y Bayelsa hay un médico por cada 150.000 habitantes. En Nigeria se encuentra la zona más contaminada de todo el planeta gracias a la devastación que las grandes petroleras llevan haciendo durante años, allí opera una guerrilla y allí siguen matando las balas.
Los que llegan nos traen humanidad y vergüenza, nos gritan solidaridad. Como hace unos días cuando entre el grupo de personas reunidos en las calles de Almería para denunciar esta salvajada, un africano, un negro, un inmigrante, nos lanzó un grito: “Estamos tan acostumbrados a toda esta miseria… que ya no reflexionamos por qué se perpetúa una situación tan relativamente fácil de resolver, si existiera voluntad para solucionarla... Queremos gestionar nuestros propios recursos, protagonizar nuestra propia historia … Queremos Justicia”.
Fuente:http://www.solidaridad.net/noticias.php?not=5874 (Estracto)
Unámonos a este grito de justicia y no permitamos que ningún niño del mundo tenga que usar una barca de juguete para jugarse la vida cruzando el estrecho.
R.C. de Interés
Que trágica noticia, es muy lamentable alzar la vista y notar que hay gente con tales padecimientos. Hechos como estos son deleznables y los responsables deberían responder ante la más implacable justicia; sin embargo, sucede de forma tan cotidiana que ya no nos resulta impactante o, peor, importante.
ResponderEliminarSaludos,
Desmodius.
Una realidad muy triste
ResponderEliminarque depende principalmente de los países de donde proceden, solucionar que eso no suceda
Un abrazo Tita
Desolador. Un abrazo.
ResponderEliminarEmocionado retrato de una triste y lamentable realidad.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola,
ResponderEliminarComparto la opinión de Jose Jaime. Quien tiene que solucionar este problema en primera instancia es el pais del que proceden. Los gobernantes de esos paises están más pendientes de enriquecerse que de enriquecer al pueblo.
Abrazos
Desmodius, cuando leí la noticia, se me partió el alma, como dices, nos vamos acostumbrando, se nos va haciendo una caparazon, pero creo que aunque no podamos hacer mucho, por lo menos no debemos permanecer indiferentes. Tome la noticia y se leí a mis hijos, creo uno debe tomar consciencia del problema, en el caso de ellos para que agradezcan lo que tienen y luchen por un mundo mejor.(es lo que esta en mis manos) Un fuerte abrazo
ResponderEliminarEs muy triste José, saber que en este cado proceden de Nigeria, un pais próspero emprobrecido, cuando el hambre aprieta, y la miseria es tan grande, tienes que pensar que hay mejores horizontes. Un abrazo
ResponderEliminarEs desolador Juanjo, esa es la palabra que lo define,"La humanidad, partiendo de la nada y con su sólo esfuerzo, ha llegado a alcanzar las más altas cotas de miseria."Groucho Marx. Un abrazo a los 3
ResponderEliminarLaMar, es muy lamentable,"El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria."Ernesto Sábato. Ojala pudiesemos ayudar, no digo a estas personas, sino al mundo entero. Un abrazo mi amiga
ResponderEliminarChema, creo qeu la miseria, no es un problema de una región, sino en el mundo entero, en mi país hay muchísima, y de allí que muchas personas pierdan sus vidas al emigrar en busqueda de mejores opciones."Los hombres correrán tras la cosa que más temen, es decir, que serán miserables por temor a la miseria. "Leonardo Da Vinci. Un abrazo
ResponderEliminarEstoy también de acuerdo con José Jaime, vivo muy cerca estos sucesos, desde hace muchos años, incluso conozco a uno de ellos, que medio habla español, viven 12 o mas apilados en dos habitaciones, venden discos piratas de películas por la calle o pañolitos en los semáforos, viven pobres, pero son felices y libres, comparado a como vivían en su país, pues las mafias y el gobierno se quedan casi con toda las ayudas internacionales. Una verdadera pena, ¡Ah! empiezo a postear a partir del día 15.
ResponderEliminarPsigetdo, estare pendiente de tus anotaciones, nose si será igual alla, pero a muchos de estos emigrantes, en mi pais, les venden la idea del sueño americano, y toman sus ahorros y lo que no tienen y se lanzan, muchos mueren en el camino, o son nuevamente deportados. Un fuerte abrazo, mi amigo
ResponderEliminarLa historía de humanidad, el desequilibrio económico, la falta de conciencia social, y la permanente indivualidad, mientras no tomamemos conciencia que ellos son nuestro reflejo, que ellos no son los otros, y nosotros por encima de ellos, el mundo seguira meoscabando su propia dignidad ,
ResponderEliminarAbrazo
Importantísimo lo que dices, muy sabio, que privilegio tenemos de ser nosotros y no ellos? quien escogio cual circunstancia?? pero si podemos tendernos una mano humana, Un fuerte abrazo mi amiga
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