Había una vez un murciélago para quien salir a cazar insectos era un esfuerzo terrible. Era tan comodón, que cuando un día por casualidad vio un pájaro en su jaula a través de una ventana, y vio que tenía agua y comida sin tener que hacer ningún esfuerzo, decidió que él también se convirtiría en la mascota de un niño.
Empezó a madrugar, levantándose cuando aún era de día para ir a algún parque y dejarse ver por algún niño que lo adoptase como mascota. Pero como los murciélagos son bastante feuchos, la verdad, poco caso le hacían. Entonces, decidió mejorar su aspecto. Se fabricó un pico, se pegó un montón de plumas alrededor del cuerpo, y se hizo con un pequeñisimo silbato, con el que consiguió que sus cantos de murcipájaro fueran un poco menos horribles. Y así, y con mucha suerte, se encontró con un niño bastante miope que casi nunca llevaba sus gafas, a quien no importó el ridículo aspecto de aquel pájaro negro y pequeñajo.
El murciélago fue feliz a su jaula, dentro de una casa cómoda y calentita, donde se sintió el rey de todos los murciélagos, y el más listo. Pero aquella sensación duró tanto como su hambre, pues cuando quiso comer algo, allí no había ni mosquitos ni insectos, sino abundante alpiste y otros cereales por los que el muerciélago sentía el mayor de los ascos. Tanto, que estaba decidido a morir de hambre antes que probar aquella comida de pájaros. Pero su nuevo dueño, al notar que comenzaba a adelgazar, decidió que no iba a dejar morir de hambre a su pajarito, y con una jeringuilla y una cuchara, consiguió que el aquel fuera el primer murciélago en darse un atracón de alpiste...
Algunos días después, el murcipájaro consiguió escapar de aquella jaula y volver a casa. Estaba tan avergonzado que no contó a nadie lo que le había ocurrido, pero no pudo evitar que todos comentaran lo mucho que se esforzaba ahora cuando salía de caza, y lo duro y resistente que se había vuelto, sin que desde entonces volvieran a preocuparle las molestias o incomodidades de la vida en libertad.
AUTOR: Pedro Pablo Sacristan
ENSEÑANZA: Todo tiene su parte incómoda o desagradable que hay que aceptar, porque no se pueden separar esas cosas del resto de la vida
hola,
ResponderEliminar...pues no, no se pueden deparar ciertos aspectos de la vida o del "vivir", según se mire... Lo cierto es que "quien algo quiere algo le cuesta" y todos hemos de actuar en consecuencia...
Abrazos amiga :)
Hola RC, el quiera pescado que se moje, el esfuerzo diario nos hace crecer.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho el murci-cuento.
ResponderEliminarEres una fuente inagotable de enseñanzas. Besos.
Quedo prendado del cuento, todo tiene una parte desagradable que una vez vencida conlleva a cosas agradables.
ResponderEliminarAbrazo
Una moraleja que lleva una verdad como un templo. Hay que intentar aceptarnos tal y como somos, con nuestros más y menos. Con la vida ocurre lo mismo amiga, tenemos momentos malos, buenos, muy buenos pero forman parte de ella. Todos esos momentos nos aportarán algo, incluso de los malos aprenderemos para así la próxima vez no volver a caer. Es bueno aceptarse tal y como somos y eso no significa que no nos cuidemos e incluso mejoremos nuestro aspecto o nuestra vida. Alguna vez me revelé y adopté la actitud de el murciélago de tu historia, pero finalmente comprendí que lo mejor era ser como soy, pues siempre encontraremos a personas cuya situación es un pozo oscuro y así y todo siguen su camino con resignación. Besitos y hoy me has vuelto a dar una lección y una historia más en mi vida para contar a mis hijos.
ResponderEliminarChema , no puede ser todo coor de rosa o color hormiga, el combo de la vida viene mix, lo que debemos aprender tambien es ha sforzarnos un poco más en lo quenos cuesta, una milla mas, un fuerte abrazo mi amigo
ResponderEliminarTR, no conocia la frase de pescado es muy buena y clara, todo tiene su parte incomoda por llamarla de alguna manera pero hay que hacer el esfuerzo. Un fuerte abrazo mi amigo
ResponderEliminarGracias Juanjo, hay que irlos arcgivando para cuando Jiordi crezca. Un fuerte abrazo mi amigo
ResponderEliminarComo siempre haz dado en el punto José, pasados los obstaculos, esta lo que anhelamos. Un fuerte abrazo de Montaña
ResponderEliminarChari , muy acertado aun de los momentos malos, aprendemos, todo es cuestión de actitud, a aceptarnos como somos, como dices, también sabremos en que aspectos tenemos que mejorar. Me encanta cuando me dices que les contaras e cuento a tus hijos. Yo te cuento cuando cuando mi divorcie la primera vez pude estar en la jaula de alpiste, no fue facil, pero me quede fuera, y como dice Jose, una vez pasada la parte desagreble, conlleva a la agradable. Un fuerte abrazo para ti y los chicos mi amiga
ResponderEliminarMe gusto mucho el cuento, jeje pobre murcielago tuvo que aprender a lo duro!! pero asi es la vida y para conseguir lo que se quiere hay que esforzarse siempre, el trabajo puede ser para muchos la mejor distraccion y para otros una tortura pero no pueden escapar de la responsabilidad que demanda la vida, muy buena enseñanza un fuerte abrazo y saludos!!
ResponderEliminarJC, exacto como lo dices para conseguir lo que se quiere hay que esforzarse, me alegro que te guste el cuento, porque siempre habran cosas no tan agradables en nuestro camino, pero una vez pasadas viene la satisfacción. Un duerte abrazo y saluditos, mi amigo
ResponderEliminares muy lindo este cuento que lo acabo de leer por cada uno debe llevar su propia vida y no querer ser como los demas
ResponderEliminarMe alegra mucho Sebas que te guste!!!, y que te deje, ... de acuerdísimo, no podemos vivir la vida a través de los demás, un fuerte abrazo
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