Hubo una vez un pájaro de piedra. Era una criatura bella y mágica que vivía a la entrada de un precioso bosque entre dos montañas. Aunque era tan pesado que se veía obligado a caminar sobre el suelo, el pajarillo disfrutaba de sus árboles día tras día, soñando con poder llegar a volar y saborear aquel tranquilo y bello paisaje desde las alturas.
Pero todo aquello desapareció con el gran incendio. Los árboles quedaron reducidos a troncos y cenizas, y cuantos animales y plantas vivían allí desaparecieron. El pajarillo de piedra fue el único capaz de resistir el fuego, pero cuando todo hubo acabado y vio aquel desolador paisaje, la pena y la tristeza se adueñaron de su espíritu de tal modo que no pudo dejar de llorar.
Lloró y lloró durante horas y días, y con tanto sentimiento, que las lágrimas fueron consumiendo su piedra, y todo él desapareció para quedar convertido en un charquito de agua.
Pero con la salida del sol, el agua de aquellas lágrimas se evaporó y subió al cielo, transformando al triste pajarillo de piedra en una pequeña y feliz nubecita capaz de sobrevolar los árboles.
Desde entonces la nube pasea por el cielo disfrutando de todos los bosques de la tierra, y recordando lo que aquel incendio provocó en su querido hogar, acude siempre atenta con su lluvia allá donde algún árbol esté ardiendo.
Autor: Pedro Pablo Sacristan
ENSEÑANZA: Una historia para desarrollar la sensibilidad para apreciar la naturaleza
ESTAMOS EN EL AÑO DEL ARBOL!!!
R.C. de Interés
Pero todo aquello desapareció con el gran incendio. Los árboles quedaron reducidos a troncos y cenizas, y cuantos animales y plantas vivían allí desaparecieron. El pajarillo de piedra fue el único capaz de resistir el fuego, pero cuando todo hubo acabado y vio aquel desolador paisaje, la pena y la tristeza se adueñaron de su espíritu de tal modo que no pudo dejar de llorar.
Lloró y lloró durante horas y días, y con tanto sentimiento, que las lágrimas fueron consumiendo su piedra, y todo él desapareció para quedar convertido en un charquito de agua.
Pero con la salida del sol, el agua de aquellas lágrimas se evaporó y subió al cielo, transformando al triste pajarillo de piedra en una pequeña y feliz nubecita capaz de sobrevolar los árboles.
Desde entonces la nube pasea por el cielo disfrutando de todos los bosques de la tierra, y recordando lo que aquel incendio provocó en su querido hogar, acude siempre atenta con su lluvia allá donde algún árbol esté ardiendo.
Autor: Pedro Pablo Sacristan
ENSEÑANZA: Una historia para desarrollar la sensibilidad para apreciar la naturaleza
ESTAMOS EN EL AÑO DEL ARBOL!!!
R.C. de Interés
Necesitamos sentirnos cerca de la Madre Naturaleza para que siempre nos haga recordar que somos más pequeños de lo que nos sentimos y que no somos quienes para destruirla, sino aquello que gracia su razonamiento pueden sentirla, vivirla, vindicarla y alabarla.
ResponderEliminarAbrazos.
¡¡¡Precioso mi niña!!!
ResponderEliminarUn beso enorme
Buenas noches..
ResponderEliminarQue belleza de cuento mi querida amiga...
Los árboles son un lujo en las ciudades...
Besotes de lindos sueños
Que hermoso cuento mi querida amiga! Ojalá aprendamos a valorar lo que nos ofrece nuestra madre Tierra y a cuidarla y respetarla como se merece, este planeta es hogar de todos los seres vivos.
ResponderEliminarAbrazos!
Asi es Adrian, y ademas dependemos de ella, debemos cuidarla y consentirla, uin gran abrazo
ResponderEliminarGracias, LaMar cuando lo lei me encanto y como estamos en el año del arbol. Un gran abrazo mi niña
ResponderEliminarQue bueno que te guste me querida Balo, a mi Nocturno a Rosario me apasiona, y si por lo menos hay parques en las ciudades que son pedacitos verdes, un gran abrazo mi linda amiga
ResponderEliminarGladys, tal cual este planeta es nuestro hogar, pue tu tendras aun más chance, en tu labor, formando estos crhiquitos que son el futiro. TQM, un fuerte abrazo
ResponderEliminarQue bonita historia RC, me la guardo con mucho cariño.
ResponderEliminarbesos
Canoso, que bueno que te gusto, no debemos desestimar la naturaleza, un fuerte abrazo mi amigo
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