martes, 14 de agosto de 2012

WILSON, , se queda sentado frente a él, simplemente sonriendo...


Es el cuarto para las cinco de la mañana, todavía esta oscuro, en un rato empezara a clarear, el sol saldrá a  las cinco con dieciséis minutos, Wilson se estira, se levanta, toma un duchazo rápido, recoge la palangana, con el maíz cocido con cal, al mismo tiempo que se escucha el mugir de las vacas en el corral, con sus chivos a un pié, en la otra pata los vaqueros en el ordeño.

Toma su bicicleta, y guardando el equilibrio, inicia su viaje de poco más de dos kilómetros al molino del pueblo,  allí el maíz se convertirá en masa, en poco tiempo estará de vuelta para que doña Sandra, su mamá, empiece, ha echar las tortillas, que acompañadas con unos frijolitos, y una taza de café serán el desayuno de la familia, él es cuarto de siete hermanos.
Luego del desayuno, va a toda velocidad, lo que al igual que su sonrisa caracterizan su vida, a barrer el frente de la casa.
Llega al establo cuando ya se ha retirado el ganado, pero le pagan unos centavos extra, por tornear, cepillar, y soltar por la mañana; y bañar, alimentar, y guardar, por la tarde los tres caballos favoritos del dueño de la finca. Eso le gusta mucho, mientras lo hace, piensa que cuando sea grande, comprará a su favorito de los tres, el Sombrerón, ¡Ese si que le gusta! Hasta consiguió una foto donde están los dos, y la tiene clavada, sobre su catre.
Al rato se va al rió con su hermano mayor, Wilmer, y sacan el trasmallo, que colocaron la tarde anterior, no es mucho lo que se consigue, pero doña Sandra, logra venderlo, o cocinarlo, tienen que tener cuidado, que las ramas secas no lo dañen y lo rasguen, mientras siguen las risas.
Ahora se vuelve a lavar la cara con el guacal, en la pila, se cambia la camisa y el pantalón, toma su morral, con sus libros, doña Sandra le da más alguna fruta, un banano, un mango, un pedazo de melón o sandía… de esas que generosamente se dan en la tierra cálida y que ellos mismos han sembrado o recogido de algún palo. Y sale nuevamente en su bicicleta en el camino que recorrió tres horas antes…
Llega justo antes de la campana… se forma en la línea, es de los más pequeños de su clase, lleva un año adelantado, en la que se puede decir que no hay compañeros, allí hay amigos, se echan la upa en los estudios, trabajos, necesidades (que conocen a muy temprana edad), se prestan cosas, no hay envidias, son sencillos de corazón, "en lo poco tienen lo mucho", si alguno falta todos se interesan… y sobre todo son  compañeros de fut: de un “fut” sin tenis, pero sin faltas, con pelotas de plástico, sin uniformes pero con la identidad del compañerismo, en la que cada minuto cuenta porque el resultado es compartir…
Son tres horas de escuela, en la que no tienen libros de texto, o casi ninguno, su cuaderno,  su lápiz y un bolígrafo, ponen atención a lo que dice la “seño” sueñan con lo que oyen, se aplican, no hay computadoras, aunque quisieran tenerlas, sus ojos ávidos de aprender no pierden detalle, a pesar del calor, sin aire acondicionado, ni comodidades, el tiempo pasa volando, juegan un poco a la salida, a veces se toman un cuquito o una granizada, no siempre, es poco lo que se quedan, deben seguir el día…
Wilson antes de regresar a su casa, pasa sacando una tarea de leña, cuando llega a su casa a la comida, primero se cambia de ropa, y luego a comer, lo usual son las tortillas, alguna sopa tal vez de chipilín, con  un huevo duro o algo de lo recogido en el trasmallo, doña Sandra, esta atendiendo la tiendita, le pide que entre la ropa que esta al sol.
Wilmer, esta en la pica de hule. Los caballos es muy temprano para entrarlos y bañarlos, avisa que ira al pueblo.
Hace camino nuevamente en la bicicleta.
Llega al mercado, allí donde doña Lucy tiene encargado le guarden su cubeta, esponja, un poco de jabón… saluda, por supuesto son su sonrisa – Buenas doña Lucy- ella responde son otra sonrisa, - no me vayas a dejar el chorro mal cerrado, patojo- le dice.
-         no como cree, doña Lucy, si ya sabe lo primero que la lavo es su Toyota y gratis-
Ella, vuelve a sonreír. (le guarda el cubo, y le da agua, y le lavan el carro)
Wilson, lava el carro de doña Lucy, y otros tantos más, se agencia otros centavos.
Después hace camino de regreso en su bicicleta, ya con su plata entre la bolsa.
Hay un palo de cushines de punto, se detiene y corta algunos, para casa y para que su mamá venda.
Deja la bicicleta en la casa, y el dinero sobre su catre.
Llego su hora!!! Tttthhhhhh empieza a llamar a sus caballos, vengan ttttahhattan
Les abre la puerta del corral
Entran a galope, les pone las correas a los gamarrones y empieza a bañarlos, a cepillarlos, los va poniendo en sus tramos, dándoles su concentrado y afrecho,  cuando guarda a Sombrerón, le dice, ya veras que serás Mio, y se le prende del pescuezo!
Siempre se reserva sus minutos, se queda sentado frente a él, simplemente sonriendo.
Al rato aparece Wilmer, -¡carrera al río a poner al trasmallo!-, nunca hay ganador, llegan dos los se tiran al agua.
Después se colocar el trasmallo, cuando la tarde empieza a caer, hace su tarea, entrega lo ganado a doña Sandra, la que su vez tiene varias latas de 5lbs. Con los nombres de sus hijos, en la coloca la mitad de lo que ganan y una vez al mes lo pone en una libreta, y les dice eso es para cuando sean doctores o lo que quieran, “mijos” hay que pensar más lejos, eso se los repite “todos los días”.

A veces oscurece antes que Wilson acabe su tarea, una vela le acompaña. Lo que si, es que cuando se duerme, cae profundamente. No le he visto dormido, pero imagino que aun en sueños sonríe.

Autor: R.C. de Interés

Fotografía: R.C. de Interés

18 comentarios:

  1. La felicidad de las gentes sencillas, no lamentándose de lo que les falta, sino sacándole el máximo partido a lo poco que tienen.
    He disfrutado leyendo tu relato. Muy bien contado.
    Un abrazo.

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  2. Precioso relato.
    No es más feliz el que más tiene, sino el que vive a gusto con lo que tiene.

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  3. Hola
    Me llamo Carla y tengo un directorio web. Me ha encantado tu blog! Tienes unos post muy guapos!!. Buen trabajo, por ello me encantaría contar con tu sitio en mi directorio, para que mis visitantes entren a tu web y obtengas mayor tráfico.
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  4. Maravilloso relato Regina, me ha encantado y es que la gente sencilla es felíz cn lo que tiene...
    Besazo linda,

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  5. L he leído y releído mi niña ¡que belleza! y que lección de vida nos das.
    Besos enormes cariño :) TQM

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  6. Gracias por tu información.
    Mañana vuelvo para leerte. Hoy ya me retiro a descansar.
    Gracias
    Sor.Cecilia

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  7. Maravilloso el relato que has presentado. En el se puede sentir los aromas que vas presentado. El trajinar de Wilson. con su vida sencilla y sin reclamos.
    Me gusto mucho

    Besos

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  8. Gracias, Chema, en lo poco tienen lo mucho, la sencillez les hace disfrutar al máximo sin complicaciones, y un gran corazón les hace felices, me atrevería a decir que siempre. Un fuerte abrazo

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  9. Juanjo, más que de acuerdo contigo, saber disfrutar lo que hay, sin complicarse por lo que no hay, disfrutar las pequeñas grandes cosas del día a día, muchas veces olvidamos, lo fácil que es sonreír, y lo bien que nos hace, miles de abrazos y sonrisas a los tres, los quiero mucho

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  10. Hola Carla, gracias por el cumplido, y tomarme en cuenta. Visitare tu directorio y te cuento, Saludos cordiales

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  11. Gracias mi querida Ross, creo que en un corazón sencillo sin complicaciones es más fácil encontrar la felicidad, y la otra receta mágica, que veo en Wilson, es que no piensa en si mismo, sino solo da, le brota naturalmente, desde su sonrisa, hasta todo lo que hace durante el día. Miles de besos y abrazos

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  12. Chary, la lección nos la da Wilson, por ello me había anticipado contando que merecía su propia anotación, mira que yo que venía capa caída, me quede uff, con este chiquito de nueve años, haciéndole frente a la vida, y con tantas ganas y tanta alegría. Miles de besos y abrazos, para ti TQM, espero que ya tengas toda tu información

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  13. Gracias, Sor Cecilia, es para mí una alegría especial que esté en esta su casa, y por ello también le busco en la suya, es como acercarme un poquitito más a la Fe, que humildemente confieso: tanto necesito, espero que descanse, muchas Bendiciones y un fuerte abrazo!

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  14. Gracias Daniel, me encanta que te guste! Como bien dices es su trajín diario, pero en lo cotidiano pone entusiasmo, sin quejas, casi puedo apostar que si sigue así será de las personas, que harán mucho bien a su alrededor (desde ya lo hace) y se superara enormemente, a mi ya me dio un gran ejemplo. Un fuerte y especial abrazo!

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  15. Un mundo desconocido para mí, tan bien descrito que me parece sentirlo.
    me encantan estos relatos de Haciendas, de polvo y calor, de campo...
    Un beso

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  16. Precioso. Un buen relato, se vive el ambiente, se puede oler.
    Con poco también se puede ser feliz.
    Mañana me doy una vuelta por el campo, me ha dado ganas leyendo.

    Besos!!

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  17. Gracias por el piropo, Inmagina, yo disfruto de tus relatos, este se me facilito porque solo conté la sonrisa de Wilson y fluyo, genial que lo haya trasmitido, un gran abrazo, y muchas sonrisas

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  18. Gracias Arkaitz, dicen que la felicidad se contagia, espero que te vaya ien en el campo, no te quedes mucho porque te extrañare, agrr, mi casi fraile, miles de abrazos y besos!

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Gracias tú opinión, es muy valiosa para mí y me agrada conocerla.