Valdo se sentía atrapado. Él se veía como un niño normal, con un montón de ganas de aprender cosas, jugar y divertirse. Pero nada le salía como quería: a su alrededor todos parecían no entender lo que decía, por muy alto que gritase o por muchos gestos o aspavientos que intentase. Y para colmo, ni siquiera su propio cuerpo le obedecía: a veces trataba de hablar y sólo producía ruidos, o quería coger algo y sus manos lo tiraban al suelo, o incluso al abrazar a su madre terminaba dándole un empujón. A veces, incluso, ni siquiera podía pensar con claridad.
Aquello le hacía sentir mucha rabia e impotencia, y muchos en su entorno, pensando que era un chico peligroso y agresivo, le dejaban de lado o le miraban con indiferencia. Y cuando esto pasaba, y Valdo se sentía triste, pensaba para sí mismo: "habría que verles a ellos en mi lugar...".
Pero un día, Valdo conoció a Alicia, una persona especial y maravillosa. Parecía ser la única que entendía su sufrimiento, y con muchísima paciencia dedicó horas y horas a ensañar a Valdo a manejar sus descontroladas manos, a fabricar sus propias palabras, e incluso a domar sus salvajes pensamientos. Y cuando, tras mucho tiempo y cariño, Valdo estuvo preparado, Alicia le hizo ver el gran misterio.
Sólo necesitó un par de fotografías, de sobra conocidas por el propio Valdo; pero entonces, mucho mejor preparado para entender, se dio cuenta: Valdo y Alicia eran un niño y una joven como todos los demás, atrapados por las deficiencias de sus cuerpos imperfectos.Y ahora, gracias a ella, las puertas de la cárcel se estaban abriendo.
Aquello le hacía sentir mucha rabia e impotencia, y muchos en su entorno, pensando que era un chico peligroso y agresivo, le dejaban de lado o le miraban con indiferencia. Y cuando esto pasaba, y Valdo se sentía triste, pensaba para sí mismo: "habría que verles a ellos en mi lugar...".
Pero un día, Valdo conoció a Alicia, una persona especial y maravillosa. Parecía ser la única que entendía su sufrimiento, y con muchísima paciencia dedicó horas y horas a ensañar a Valdo a manejar sus descontroladas manos, a fabricar sus propias palabras, e incluso a domar sus salvajes pensamientos. Y cuando, tras mucho tiempo y cariño, Valdo estuvo preparado, Alicia le hizo ver el gran misterio.
Sólo necesitó un par de fotografías, de sobra conocidas por el propio Valdo; pero entonces, mucho mejor preparado para entender, se dio cuenta: Valdo y Alicia eran un niño y una joven como todos los demás, atrapados por las deficiencias de sus cuerpos imperfectos.Y ahora, gracias a ella, las puertas de la cárcel se estaban abriendo.
AUTOR: Pedr Pablo Sacristán
ENSEÑANZA: Tenemos que aprender a aceptar a quienes tienen deficiencias, saber ponernos en su lugar para ayudarles y comprender que no las tienen voluntariamente
Si enseñamos a nuestros pequeños a ver con los mismos ojos a aquellos que la vida les hizo "raros" o "diferentes" creceran viendolos iguales.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarCierto, muy cierto. Tengo la suerte de haber recibido un "oscar" a los mejores efectos visuales y sonoros por un grupo de personas "diferentes" y he de decir que son bellísimas personas.
Abrazos
PD: Lo del "oscar" fue en uno de mis trabajos. Estuve contratado por el Ayuntamiento de mi ciudad como responsable de unas instalaciones culturales donde, entre otras actividades, se hacía teatro y ayudé con las luces y el sonido, en el montaje de una obra representada por alumnos de un colegio de educación especial. Al final de la representación se entregaron "Oscars de pega" entre ellos y a mí me concedieron el de los efectos especiales. : )
Abrazos
Me sumo al comentario de muestra querida Marian, piesnso lo mismo que ella, todo depende de como enseñemos a nuestros pequeños. Un beso. uruguayita.
ResponderEliminarEs importante que nuestros chiquitos crezcan sin hacer distinciones, Marian, de hecho los niños, tienen los dos polos, los que se burlan de sus amiguitos, y los que los no hacen diferencia. Grandes y chiquitos, debieramos saber que todos tenemos deficiencias y eficiencias, pero que nos corresponde juzgarlas. Un fuerte abrazo, mi amiga linda
ResponderEliminarCreo que todas la personas tienen algo bello, y que de cierta forma todos somos "diferentes" las limitaciones, en todo caso se deben apoyar, y no señalar, como has hecho tú, es esta obra que nos comportades, en nombre de muchos corazones te dóy las gracias, Chema. Un fuerte abrazo, mi amigo
ResponderEliminarAsí es, mi linda Uruguayita, por eso tan importante lo que transmitimos a nuestros chiquitos, ellos obervan todo y lo copian como esponjitas. Un fuerte abrazo, mi amiga
ResponderEliminarLos niños lo entienden mucho mejor que los adultos. Una buena educación desde pequeños es la clave.
ResponderEliminarEn las prácticas que hice en el colegio había una niña con retraso mental. Sus compañeros la llevaban siempre como a una reina, la trataban de maravilla y entendían sus problemas.
Importante tema.
Besos.
Esa es la grandeza de la educación desde pequeños, se acostumbran a verse entre ellos como iguales, cosa que nosotros ya no hacemos, y cuando crecen siguen sin verse distintos.
ResponderEliminarJuanjo que lindo e imitable, el ejmplo que nos compartes, me imagino a todos los chiquitos llenandola de amor. Un fuerte abrazo a los 3
ResponderEliminarCanoso, el secreto esta en el manejo desde pqueños en la educación, como dices. Un fuerte abrazo, mi amigo
ResponderEliminarQue nos vean por los ojos, de otra persona con tara, es el mayor premio que podemos recibir, sin duda su mirada sera más pura, y una critica cierta y veraz.
ResponderEliminarAbrazos
Bonita historia, las personas deben ser más tolerantes y abrir su mente como su corazón hacia los demás, porque como que nos alejamos de los demás por cosas de la vida pero si hay gente maravillosa y transparente no importan sus deficiencias físicas, sino hay que ayudarles a ser mejor. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
José, creo que todos son imperfectos y tenemos deficiencias, de una u otra manera, pero siento que una de las cosas debemos vivir, es aceptar las diferentes mochilas, que todos llevamos a cuestas. Un fuerte abrazo de Montaña
ResponderEliminarMario, es muy importante, lo que comentas " abrir nuestra mente, como su corazón hacia los demás", eso es! no maracar ninguna diferencia, ya qye todos poseemos diferencias en uno u otro grado. Un fuerte abrazo, mi amigo
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