domingo, 21 de abril de 2024

La Niña de Guatemala




La Niña de Guatemala, es un poema escrito por José Martí...

Recuerdo que era obligatorio, saberlo en el colegio... hoy estoy un poco nostálgica, tal vez por ello he vuelto a este poema.

José Martí es un poeta del modernismo con muchísimas obras: Las ruinas índias, Nené traviesa, La exposición de París, Bebé y el señor don Pomposo ... Político y escritor cubano, destacado precursor del Modernismo literario hispanoamericano y uno de los principales líderes de la independencia de su país.

Siempre me llamo la atención este poema, no solo porque Guatemala es el país en que nací, sino también la historia detrás que nos contaba, nuestra profesora de literatura... En 1877 el poeta cubano, José Martí llegó a Guatemala y su asistencia a las charlas en la residencia del general Miguel García Granados, dieron como resultado que se enamorara de María su hija. 

Así todas en clase, seguíamos este relato, y con la inquietud de saber quién era "La Niña Guatemala", que fue María García Granados y Saborío. Son muchas las obras de Jose Martí, incluso hay algunas inéditas, publicadas después de su muerte. Más esta siempre me atrapó por la historia de amor, que encierra.

La Niña de Guatemala - poema

Quiero, a la sombra de un ala, 
contar este cuento en flor: 
la niña de Guatemala, 
la que se murió de amor. 

Eran de lirios los ramos; 
y las orlas de reseda 
y de jazmín; la enterramos 
en una caja de seda… 

Ella dio al desmemoriado 
una almohadilla de olor; 
él volvió, volvió casado; 
ella se murió de amor. 
 
Iban cargándola en andas 
obispos y embajadores; 
detrás iba el pueblo en tandas, 
todo cargado de flores… 

Ella, por volverlo a ver, 
salió a verlo al mirador; 
él volvió con su mujer, 
ella se murió de amor. 

Como de bronce candente, 
al beso de despedida, 
era su frente -¡la frente 
que más he amado en mi vida!… 

Se entró de tarde en el río, 
la sacó muerta el doctor; 
dicen que murió de frío, 
yo sé que murió de amor. 

Allí, en la bóveda helada, 
la pusieron en dos bancos: 
besé su mano afilada, 
besé sus zapatos blancos. 

Callado, al oscurecer, 
me llamó el enterrador; 
nunca más he vuelto a ver 
a la que murió de amor. 

Autor: Jose Martí



5 comentarios:

Gracias tú opinión, es muy valiosa para mí y me agrada conocerla.